Bueno… vamos a empezar por el principio… Me llamo Germán y desde 2008 trabajo como fotógrafo teniendo siempre mi propio estudio de Fotografía.
Es una profesión divertida donde cada día te enfrentas a nuevos retos y como siempre son clientes diferentes, al final, es bastante gratificante, pero hay que reconocer que por mucho que la gente piense que nos tiramos todo el día haciendo fotos a modelos desnudas, la vida del fotógrafo es bastante triste porque siempre estamos delante de un ordenador editando fotos, poniendo al día nuestras redes sociales, contestando e-mails,… así que al fin y al cabo… pasamos muuuuuchas horas solos.
Tras esta andadura, he descubierto que venir a trabajar, se ha convertido en toda una experiencia. Ya no es levantarse para ir a la oficina a trabajar, sino levantarse para tener una rutina un poco más saludable. Vas a tu lugar de trabajo y lo primero es desayunar con algún compañero (de profesión o de otro mundo diferente) compartir los problemas y hazañas del día anterior y enfrentar el día con un estado de ánimo mucho más enérgico porque hay que reconocer que el ser humano es un ser social y cuando estaba solo, esa parte cojeaba un poco.
Además, estando con otros compañeros de la misma profesión, podemos charlar de «nuestras cosas» abiertamente mientras que si lo haces con gente de otras profesiones, a veces, no te terminan de entender. Y cuando estás con un programador o con un interiorista, o con alguien que hace marketing, las conversaciones son diferentes y mucho más enriquecedoras.
Resumiendo… sea en este espacio o en cualquier otro, animo a todo trabajador freelance a que pruebe la experiencia coworking. En Almería hay varios sitios que están genial y seguro que os aporta más de lo que podáis llegar nunca a imaginar.