Bueno… en realidad, voy tarde… Cumplimos un año en Junio y resumiendo en pocas palabras la experiencia… no puedo estar más contento.
Aún veo caras extrañas cuando intento explicarle a alguien que trabajo en un coworking. Todavía recuerdo la cara de mi padre cuando se lo expliqué por primera vez y me miraba como diciendo… Este hijo mío… no sabe ya qué inventar.
El Coworking funciona en piloto automático gracias todas las personas que lo integran. Un grupo de personas súper apañado y no hablo como trabajadores, sino como compañeros del día a día.
Las mañanas de los lunes son menos duras cuando desayunas con alguien que te cuenta cómo ha ido el fin de semana y los proyectos entre nosotros empiezan a dar sus frutos. Lo que te cuentan de las sinergias entre completos desconocidos son realidades a día de hoy, así que me reitero. La vida coworking también funciona en Almería.
Gracias a todos por hacerlo posible!